
Las luces se encienden.
Tranquilos, no os levantéis. Dejad los platos, cubiertos y vasos donde están, luego habrá tiempo para lavarlos. Ahora, si os parece, vamos a charlar, a conocernos mejor. La semana pasada os presentamos de manera muy breve la obra en torno a la cual se construye el blog, por lo que hoy vamos a hablar con mayor detenimiento de ella.
La Nona es una obra de teatro escrita por el autor argentino Roberto «Tito» Cossa en 1970. En ella se cuenta cómo la gula de una abuela, la Nona, degrada poco a poco la vida de su familia. Los parientes de la anciana, desesperados por la situación a la que deben hacer frente cada día, tratan de buscar una solución al problema, pero no cuentan con una horrible realidad: la voracidad no conoce límites.

Este texto nació gracias a un proyecto del Canal 9. Alejandro Romay, el director general de dicho canal, reunió a cinco autores (Carlos Somigliana, Germán Rozenmacher, Ricardo Talesnik, Ricardo Halac y el propio Cossa) para que escribieran los textos de un programa que iba a ser protagonizado por Pepe Soriano. Tras decidir entre todos que el personaje principal fuese una abuela, Cossa compuso la primera parte de La Nona. El autor se inspiró en el grotesco argentino y usó como modelo para el personaje de la anciana algunos de los tics de su abuelo materno: «el cocoliche y eso que tienen los viejitos de comer a cada rato…» (Selser, Claudia (2005). Roberto «Tito» Cossa, el padre de la Nona [entrevista]. Recuperado de http://edant.clarin.com/diario/2005/10/02/sociedad/s-01015222.htm).

La segunda parte de la obra fue escrita en 1976 y en agosto de 1977 La Nona se estrenó en el teatro Lasalle con Carlos Gorostiza como director y Ulises Dumont como protagonista. Un año más tarde, en 1978, fue llevada a la gran pantalla.
A día de hoy, La Nona es una obra maestra del teatro argentino que ha sido representada numerosas veces en Argentina y que, además, se ha estrenado en toda América latina, Francia, Alemania, Inglaterra, Bélgica, Italia, España, Turquía, Eslovenia, etc. Este éxito se debe, sin duda alguna, al carácter universal y atemporal de la obra, así como a la versatilidad del personaje de la Nona, como indica el propio Roberto Cossa:
Es quizá, de todas mis obras, la más universal. A lo mejor porque el personaje tiene una rara actualidad, porque el personaje se ha convertido en una metáfora y cada uno la completa con lo que le parece (Sánchez, Camilo (2005). En el teatro de la memoria [entrevista]. Recuperado de http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2005/01/29/u-911740.htm).
Las luces se van cerrando.
¿Se nos ha hecho tan tarde?
Apagón.